jueves, 1 de mayo de 2014

EL PRESENTE PERPETUO COMO INMOVILIZADOR DEL PENSAMIENTO

Quiero compartir algunas reflexiones que las vinculo más al terreno político que al filosófico pero que desde esa base de sustentación parten quienes ejercen el control de la sociedad para imprimir esa idea que tanto en el terreno ideológico como en el político practico fue y es la construcción de un presente perpetuo, sin raíces históricas, es decir sin procesos y sin futuro posible, es decir sin perspectiva sin la cual luchar. Según el discurso y la práctica política dominante estaríamos condenados a repetir el presente más o menos mejorado, hasta el infinito. Romper esa trampa ideológica y colocar el tema del poder, tanto en el debate de ideas como en el plano político práctico es una necesidad del presente. Me recuerda una canción de Sylvio Rodríguez que dice algo así como que: desde el porvenir partieron sombras.. .La frase típica: "que se siga el curso natural de los acontecimientos, esconde el propósito de querer frenar el avance que a la sociedad le pueden aportar a los espíritus más inquietos. No tomar riesgos es regodearse en la seguridad de lo conocido. A su vez llenar de certezas el presentes es deconstruir la posibilidad del cambio, dejando a la inercia que campee impúdica frente a la dialéctica." L@s perezos@s y l@s cobardes se justifican diciendo que son prudentes". Eso lo dijo Alejandro Jodorowsky, yo le agregaría, que quienes toman las decisiones en varios ámbitos saben flotar en la tabla de los mediocres y siempre andan pidiendo que no hagan olas, porque no tienen idea de cómo se corre una ola... El sustento filosófico de este engendro neoliberal es el postmodernismo, y de alguna forma a resultado atractivo ese canto de sirena a muchos ex intelectuales orgánicos al decir de Gramsci. Otros han tomado distancia de planteos revolucionarios o por lo menos de superar el capitalismo, sólo por una cuestión de pragmatismo político.

Es cierto después que se suicidó el Socialismo real, da más trabajo encontrar las claves del desarrollo de las fuerzas productivas fuera del Capitalismo, pero nadie dijo que es fácil.
La transformación social, requiere de transformación económica, la transformación económica, requiere de abandonar la ilusión de que dentro del Capitalismo las grandes mayorías pueden vivir mejor. Las políticas de inversión extranjeras directas como motor de la economía, exonerando de impuestos y exponiendo los recursos naturales del Uruguay a la voracidad de las multinacionales del porte de MontSanto, es canallesco. Este Uruguay productivo, que lo es -ojo al piojo- deja ocupación plena y llena las arcas de especuladores y los salarios borden line con la pobreza. Cuál es la alternativa para el Uruguay productivo con justicia social,porqué no le llevan al PCU el proyecto del frigorífico nodal multimodal administrado por el estado y los productores, porque ninguno de los que ejercen la administración del Estado, se baja que puede haber alternativas reales al Capitalismo,
son temerosos de la lucha de clases, pero la ofensiva ideológica debe darse desde los trabajadores agrupados, desde los pequeños y medianos productores de la ciudad y del campo, de los emprendimientos cooperativos en marcha, como Envidrio, que demostró al Capitalismo, que no necesita gerentotes para ejercer acción productiva rentable.
 Bienvenido el debate de ideas, pero si ese debate no incluye a la lucha de clases, la transformación revolucionaria de la realidad, quedará guardada en el cajón de los sueños rotos. Ojo con la desilusión, porque cuando opera, hace que el topo de la historia asome por dónde se le ocurra, y mirando a chile, (cuando perdió Bachelet se retrocedió en términos históricos muchísimo en la redistribución de la riqueza) me aferraría al refrán cuando veas ardes las barbas de tu vecino, pon las tuyas en remojo. Quiero creer que la humanidad avanza en un sentido como de políticas redistributivas, de derechos humanos respetados, de no ser tan obsecuente con el neoliberalismo, pero la reflexión viene por cómo se maneja el poder y la comunicación, hay una suerte de oficialismo obligatorio.
Ahora vemos con alas U una nueva esperanza que se vuelven a cernir sombras sobre el proyecto. En fin el cambio de mentalidad requiere de una batalla cuerpo a cuerpo desigual, ética y apuntando con dedo acusador de traidor a los caídos a quien lo merezca, ahora con qué instrumento se logra darla: la acción militante, la organización partidaria y la lucha conjunta de todos quienes quieren ser los sepultureros del Capitalismo y tengan lo que hay que tener para hacerlo.En los relevos generacionales esta la clave de la lucha ideológica, porque como dice un compañero ahora parecería que incluso la ideología está teñida de hinchas, ya la gente no estudia ni economía política, ni como organizarse mejor, ni siquiera existe la objetividad para clarificar el análisis de la situación concreta, todo está teñido de un subjetivismo cortoplacista que ya quedan pocos que piensen con cabeza estratégica. Las organizaciones que se consideran antiimperialistas y anticapitalistas deberían conformar un plan único de acción que ideologize la lucha, para desenmascarar, no sólo a las personas, también a cada uno de los intereses económicos que se camuflan detrás de cada acción e intención mediática o económica, porque ahora se utiliza la técnica que usó Bush padre para invadir a Irak, primero se hacen varias películas ubicando al malo, luego se hacen otra cantidad de acciones para que se pueda deglutir una masacre como algo único para aleccionar y luego se pasa a los hechos, sin mediar otra acción que la que siempre estuvo planificada, hacerse de los recursos económicos del subsuelo. Si éste es el probable curso de nuestro desarrollo como sociedad, estamos en el peor de los hornos: el que miramos impávidos como nos cocinan a fuego lento y sólo nos calentamos hasta explotar, como dice la canción de los 4 pesos de propina HABRÍA QUE REACCIONAR ANTES DE REVENTAR. Lo único que sería contrahegemónico sería la acción de CRECER, ORGANIZAR Y EDUCAR.
El estado refleja la coacción que los dueños del poder ejercen a través de él para perpetuarse y a su vez para volver sumisas o por lo menos funcionales a las masas de trabajadores/consumidores. Es en la transferencia de poder desde nuevas instituciones con una organización propia, de modo que vayan ocupando espacios de decisión política, económica y cultural, de dónde se puedan sacar fuerza de flaquezas para ganarle la disputa por el poder a las clases dominantes, por eso la consigna de la central obrera es válida: la disyuntiva es entre país productivo con justicia social o mayor dependencia. Nadie escapa a la lucha de clases aunque se la quiera negar para sacar alguna ventaja en términos de retraso o de no sentirse con la suficiente fuerza como para confrontar, en términos históricos son décimas, en término de lo que dura una vida es calidad de vida que se va gastando en la lucha para que por lo menos vivan mejor mis hijos o mis nietos.

Cada nucleo de trabajadores debería tener claro en su lugar de trabajo que mejoraría su calidad de vida, y cómo instrumenta la lucha para transformar su realidad

Cada núcleo de trabajadores debería preocuparse por los aspectos programáticos de su área para proponer al 3er. gobierno del FA

5 de abril de 2014 a la(s) 20:54
Ell modo en que Uruguay tiene de cambiar algunas líneas de su política económica para lograr efectivamente la redistribución de la riqueza, será en el marco de la lucha de clases.

No se puede redistribuir lo que no se posee, acá hay intermediarios sobre todo en el terreno económico de la Salud que obtienen una plusvalía ilegítima: los importadores de insumos médicos, como ser los proveedores de tecnología médica y los importadores de medicamentos; filiales ambos de multinacionales que establecen precios por encima de cualquier regulación de cualquier país, incluso de la propia Organización Mundial de la SALUD.

Otro de los actores que distorsionan los precios de los insumos en política de salud, son los poseedores de los medios de producción de técnicas de diagnóstico, generalmente cuadros médicos educados en nuestra UDELAR.

Para contrarrestar estos costos por fuera del sistema integrado de salud, pero que inciden en su desfinanciación en el mediano plazo, las correcciones tienen que abarcar tres políticas de estado:

a)      incentivar la investigación en tecnología médica, desde la UDELAR, con el desarrollo de una rama que se inserte en el país productivo que anhelamos.

b)      Equipamiento y dotación de recursos al Laboratorio Dorrego para llevar la producción de medicamento a un estadio de desarrollo tal que permita abastecer de lo más usado en los hospitales públicos y que incluso pueda vender a costos menores a los efectores privados del SNIS.

c)      Declarar esencial todo insumo que no se pueda fabricar en el País y desgravar su importación atendiendo primordialmente al origen en la región, y LIMITAR LA PLUSVALIA POR LA INTERMEDIACION, dejando al operador un margen de ganancia en su intervención económica del orden del 20 a 30%, no el descaro del 100 al 200% DE LA ACTUALIDAD.                                                                                                                                                        

Los trabajdores de la salud agrupados en sus sindicatos, nos comprometemos a participar para organizar a todos los trabajadores y usuarios de la salud pública, en defensa del programa de la central obrera, centrando los ejes de la disputa con las clases dominantes en lograr un País productivo con justicia social, cortando la dependencia del Imperialismo en materia de salud, redistribuyendo la riqueza de modo de cumplir con el objetivo que el trabajador de la Salud pueda obtener un salario que le permita cumplir con la jornada de 6 horas y evitando el deterioro que supone una jornada mayor.

“Somos lo que hacemos para cambiar lo que somos” Eduardo Galeano: El libro de los abrazos.

Ecribe Noam Chomski en su libro: "El control de los medios de comunicación"

Lippmann elaboró la teoría sobre la democracia progresiva, según la cual en una democracia con un funcionamiento adecuado hay distintas clases de ciudadanos. En primer lugar, los ciudadanos que asumen algún papel activo en cuestiones generales relativas al gobierno y la administración. Es la clase especializada, formada por personas que analizan, toman decisiones, ejecutan, controlan y dirigen los procesos que se dan en los sistemas ideológicos, económicos y políticos, y que constituyen, asimismo, un porcentaje pequeño de la población total. Por supuesto, todo aquel que ponga en circulación las ideas citadas es parte de este grupo selecto, en el cual se habla primordialmente acerca de qué hacer con aquellos otros, quienes, fuera del grupo pequeño y siendo la mayoría de la población, constituyen lo que Lippmann llamaba el rebaño desconcertado: hemos de protegemos de este rebaño desconcertado cuando brama y pisotea. Así pues, en una democracia se dan dos funciones: por un lado, la clase especializada, los hombres responsables, ejercen la función ejecutiva, lo que significa que piensan, entienden y planifican los intereses comunes; por otro, el rebaño desconcertado también con una función en la democracia, que, según Lippmann, consiste en ser espectadores en vez de miembros participantes de forma activa. Pero, dado que estamos hablando de una democracia, estos últimos llevan a término algo más que una función: de vez en cuando gozan del favor de liberarse de ciertas cargas en la persona de algún miembro de la clase especializada; en otras palabras, se les permite decir queremos que seas nuestro líder, o, mejor, queremos que tú seas nuestro líder, y todo ello porque estamos en una democracia y no en un estado totalitario. Pero una vez se han liberado de su carga y traspasado esta a algún miembro de la clase especializada, se espera de ellos que se apoltronen y se conviertan en espectadores de la acción, no en participantes. Esto es lo que ocurre en una democracia que funciona como Dios manda.

Y la verdad es que hay una lógica detrás de todo eso. Hay incluso un principio moral del todo convincente: la gente es simplemente demasiado estúpida para comprender las cosas. Si los individuos trataran de participar en la gestión de los asuntos que les afectan o interesan, lo único que harían sería solo provocar líos, por lo que resultaría impropio e inmoral permitir que lo hicieran. Hay que domesticar al rebaño desconcertado, y no dejarle que brame y pisotee y destruya las cosas, lo cual viene a encerrar la misma lógica que dice que sería incorrecto dejar que un niño de tres años cruzara solo la calle. No damos a los niños de tres años este tipo de libertad porque partimos de la base de que no saben cómo utilizarla. Por lo mismo, no se da ninguna facilidad para que los individuos del rebaño desconcertado participen en la acción; solo causarían problemas.

Por ello, necesitamos algo que sirva para domesticar al rebaño perplejo; algo que viene a ser la nueva revolución en el arte de la democracia: la fabricación del consenso. Los medios de comunicación, las escuelas y la cultura popular tienen que estar divididos. La clase política y los responsables de tomar decisiones tienen que brindar algún sentido tolerable de realidad, aunque también tengan que inculcar las opiniones adecuadas. Aquí la premisa no declarada de forma explícita -e incluso los hombres responsables tienen que darse cuenta de esto ellos solos- tiene que ver con la cuestión de cómo se llega a obtener la autoridad para tomar decisiones. Por supuesto, la forma de obtenerla es sirviendo a la gente que tiene el poder real, que no es otra que los dueños de la sociedad, es decir, un grupo bastante reducido. Si los miembros de la clase especializada pueden venir y decir Puedo ser útil a sus intereses, entonces pasan a formar parte del grupo ejecutivo. Y hay que quedarse callado y portarse bien, lo que significa que han de hacer lo posible para que penetren en ellos las creencias y doctrinas que servirán a los intereses de los dueños de la sociedad, de modo que, a menos que puedan ejercer con maestría esta autoformación, no formarán parte de la clase especializada. Así, tenemos un sistema educacional, de carácter privado, dirigido a los hombres responsables, a la clase especializada, que han de ser adoctrinados en profundidad acerca de los valores e intereses del poder real, y del nexo corporativo que este mantiene con el Estado y lo que ello representa. Si pueden conseguirlo, podrán pasar a formar parte de la clase especializada. Al resto del rebaño desconcertado básicamente habrá que distraerlo y hacer que dirija su atención a cualquier otra cosa. Que nadie se meta en líos. Habrá que asegurarse que permanecen todos en su función de espectadores de la acción, liberando su carga de vez en cuando en alguno que otro líder de entre los que tienen a su disposición para elegir. 
El corrimiento al centro idelogicamente hablando solo da réditos en el corto plazo, esto es en el concierto de conservar cargos políticos y de particular confianza. En lo que seria de suponer nuestro norte: transformar la realidad social en sentido revolucionario sólo genera retrasos, que nuestros relevos generacionales deberán de remontar. No hay lugar en América Latina dependiente del Imperialismo Norteamericano y con sus estructuras agrarias en manos extranjeras, y con la oligarquía criolla en el resto, iniciar un proceso de cambios radicales. La socialdemocracia esta condenada al fracaso, lo prueba toda Europa, el Capitalismo dependiente no genera salidas en el largo plazo, solo administrandolo con cierta pulcritud, lo único que se logra es estirar los plazos en que la piola se rompa. La historia debe necesariamente la de organizar, educar y poner en pie de lucha a las organizaciones populares y a los relevos generacionales. Sólo la verdad nos hará libres.